De la formación de masaje yo destacaría la entrega, humildad, dulzura y calidad humana de Ana a la hora de compartir el conocimiento y práctica adquiridos a lo largo de todo su desarrollo profesional. Tiene mucha experiencia en el trabajo terapéutico con el cuerpo y domina muchas técnicas, siendo un regalo poder aprender y trabajar con ella. Ana es pura generosidad y no deja de compartir todo lo que ella conoce. Es el claro ejemplo de esas personas que se ganan la vida haciendo lo que les hace feliz… y eso se nota…
Las clases son muy prácticas… dar y recibir… recuerdo que disfrutaba muchísimo con las clases experienciales de anatomía que hacíamos con pelotas. Y muy de agradecer todo el material teórico que aporta Ana en cada una de sus clases.
No puedo dejar de nombrar el espacio de Jania, tan amplio, hermoso y acogedor. Todo un lujo… a Ana le gusta cuidar esos pequeños detalles que hacen que te sientas como en casa… maravilloso el olor del aceite y las esencias, el calorcito de la manta, la limpieza de las sábanas, la infusión calentita… el cuidado de la persona, la escucha, el trabajo desde el corazón…
Todos los ingredientes reunidos para hacer un viaje profundo de conocimiento y trabajo con y a través del cuerpo físico, emocional y energético.